viernes, 14 de enero de 2011

El origen del género en la sociedad
Muchos son los estudios que pretenden explicar el origen del género a partir de una forma específica de organización que adoptaron las diferentes sociedades en su desarrollo y que trajo consigo una división sexual del trabajo. En esta división le correspondió a la mujer el espacio de la casa por su capacidad para gestar y amamantar a los hijos. El cuidado de ellos se le asignó más allá del tiempo en que era imprescindible su presencia, es decir, cuando ya cualquier adulto podía realizar esta función. Por proximidad espacial se ocupó del resto de las funciones vinculadas al espacio de la casa.
Una mirada más crítica de esta realidad apunta a que la capacidad de gestar y amamantar de la mujer le confería el poder de la garantía de su continuidad como especie, lo que le estaba vedado al hombre. La inseguridad de los hombres acerca de la paternidad de los hijos y su necesidad de tener esa certeza cuando había acumulado riquezas y quería transmitirla a su descendencia, fueron condiciones que indujeron la idea del control de la sexualidad de las mujeres mediante el matrimonio y el confinamiento al espacio de la casa como garantía de seguridad para la paternidad de la descendencia y de la conservación de los bienes acumulados. La existencia de una sociedad sin género es un tema en discusión, sin muchas evidencias para probarlo; pero de lo que si hay un convencimiento es de que las formas en que se dan las relaciones entre mujeres y hombres, y los roles asignados a cada uno, varían de una sociedad a otra, lo que apoya la idea del carácter construido por la influencia cultural de lo que denominamos género, y de la necesidad de realizar el análisis de cualquier realidad, a partir de su contextualización sociohistórica




Sin embargo, toda la diferenciación y la identificación de los géneros como lo visto anteriormente tiene también consecuencias sociales menos que deseables. La diferenciación misma del género, al igual que en casos como la raza o las tendencias religiosas, genera choques cuando se intenta imponer una sobre la otra. En palabras de María Mercedes Gómez (Los Usos Jerárquicos y Excluyentes de la Violencia - en Justicia y Género en América Latina)"la violencia por prejuicio tiene, entonces, entre sus causas primordiales la necesidad de marcar diferencias entre colectividades hegemónicas y no-hegemónicas con el fin de reproducir arreglos sociales que benefician a las primeras... por ejemplo, la violencia contra las mujeres emerge como problema social en un contexto de misoginia, la violencia contra los hombres gay, las lesbianas y los transgeneristas en un contexto de heterosexualidad obligatoria y de homofobia y la violencia contra una raza en un contexto racista". En estos casos de género, donde las personas no sólo pertenecen a las características “normales” (el uso de la palabra normal siempre es excluyente pues intenta estandarizar un deber ser para todos) sino también a grupos diferenciados, es solo visible en la hostilidad de su forma de relacionarse con los otros grupos. La creación de estas categorías y aún de los mismos mecanismos legales para combatirlas puede ser en sí misma un arma discriminatoria, pues crea la apariencia de que la igualdad formal opera y que por lo tanto no es necesario preocuparse por la igualdad material, que es la que realmente afecta la vida de los individuos en los grupos discriminados por el género, pues normativamente es muy difícil establecer reglas positivas que apunten directamente contra ellos. Lo que ocurre entonces, en sintonía con esta invisibilización, es que se crean normas que aparentemente no son directamente discriminatorias contra un género, pero sí lo son al aplicarlas. Un ejemplo de esto es el intento legislativo de definir como matrimonio una unión entre un hombre y una mujer, pues degrada las uniones que puedan existir entre otros géneros
Un modelo orientado a promover las mujeres capaces y talentosasAun si las mujeres inician carreras con las mismas bases que los hombres, en cuanto a inteligencia y educación, comparativamente pocas alcanzan vértices jerárquicos. Esta desigualdad “es un problema, pues los sectores privados en economías centrales y emergentes precisan con urgencia gerentes y líderes femeninas. Es más: sus colegas en la política suelen tener más éxito”.
“Este nuevo sistema de gestión puede mejorar su autoconfianza y su capacidad para los negocios”, afirman Joanna Barch, Suzanne Cranston y Rebecca Craske, de McKinsey.

En ese contexto, la consultora McKinsey lleva a cabo desde hace cuatro años el “proyecto liderazgo” (MKLP), con vista a promover y apoyar mujeres profesionales. Con ese objeto, se busca asistir a las jóvenes para alcanzar altos cargos y demostrar a las empresas cómo sacar el mejor partido de sus elencos femeninos. Para ello, las autoras han entrevistado en 2008 a unas 90 mujeres (y algunos hombres) en todo el mundo, que han triunfado en diversos campos del management.

Algunas dirigen más de 10.000 empleados, otras cinco o menos. Si bien sus tareas específicas varían ampliamente, cada cual trata de hacer diferencia en sus universos laborales. Las tres investigadoras también han revisado textos de nivel universitario y han consultado expertos en liderazgo, psicología, actitudes, etc., amén de intercambiar datos y experiencias con cientos de colegas en McKinsey.

Todo eso se resume en un modelo de gestión que abarca varios aspectos. Estos son sentido (esforzarse al servicio de objetivos claros), energía, actitudes positivas –para expandir horizontes–, identificación de quienes puedan ayudar a crecer y ofrezcan nexos sólidos. En síntesis, ser autosuficiente pero colaborando con los demás.

Esos factores caracterizan el modelo de liderazgo centralizado (MLC) como fuente de fortalezas físicas, intelectuales y anímicas que generan logros personales. En el proceso, se descubren formas para que las mujeres tengan fe en sí mismas y vayan transformándose en managers y líderes eficaces. El MLC también vale para los varones, pero en menor grado.

El liderazgo centralizado prefiere, claro, experiencias, actitudes y reacciones positivas y depende de características laborales particulares que suelen distinguir entre mujeres y hombres. En primer lugar, ellas tienes más oportunidades de dejar cargos. En segundo término, su doble carga (maternidad, funciones) en especial les drena energía. Tercero, suelen pasar por altas y bajas anímicas más seguido y con mayor intensidad que los varones.

Ante esos rasgos potencialmente adversos, el LC apela a ciertas formas de psicología conductista, con la idea de definir qué hace prosperar a las personas. Si bien ninguna de las ejecutivas consultadas se expresó en los mismos términos, indagando en textos y hablando con universitarios, las autoras creen haber interpretado el mensaje a la luz del modelo.

miércoles, 12 de enero de 2011

Diversidad de género

    • La diversidad de género se plantea como una estrategia útil para favorecer la aplicación del principio de igualdad entre mujeres y varones en el mercado laboral. También se ofrece como un criterio válido para optimizar los recursos humanos disponibles en profesiones directivas. A diferencia de Otras estrategias potenciadoras de la igualdad de oportunidades, que han sido aplicadas en el ámbito político o social (sistema de cuotas, representación paritaria, etc.), la diversidad de género aúna criterios humanitarios basados en los derechos de ciudadanía de las mujeres con argumentos maximalistas referidos al valor añadido que esta estrategia puede aportar, en la actualidad, a las organizaciones laborales. A partir de estos presupuestos, el proyecto Diversa @: género y diversidad desarrolla una metodología de trabajo y un modelo operativo para analizar los posibles ajustes-desajustes entre la diversidad de género particular que requiere un determinado puesto de trabajo y la que realmente existe en dicha organización. Se proponen, además, medidas de acción específicas para atenuar los desajustes y para atajar las barreras obstaculizadoras en la vida profesional de las mujeres.

Para saber mas acerca de la diversidad de género 

LAS MUERTAS DE JUÁREZ

La CIA sabe con toda certeza que solamente los extraterrestres pueden matar a 300 mujeres en el lapso de diez años con total impunidad, ya que cualquier asesino serial terminaría por ser descubierto, y más aún si se tratara de una organización, por más siniestra y oculta que fuere, pero también sabe que no hay forma de impedirles que lo hagan.



El extraño caso de "Las Muertas de Juárez".
Estimado profesor Velmont: Tengo una pregunta para hacerle acerca de la terrible situación que vivimos aquí en Ciudad Juárez, Chihuahua, México, desde 1993, donde las mujeres son abusadas sexualmente, torturadas, mutiladas y finalmente asesinadas, sin que a través de los años haya podido atraparse a los asesinos.
Se cree que los móviles pudieran ser: cine "snuff", sexo necrófilo, trafico de órganos, comercio carnal, extranjeros que buscan diversión, narcotráfico, corrupción policíaca, individuos sádicos o negocios de la Mafia o de funcionarios del gobierno.
Estas ejecuciones no se limitan al asesinato, sino que se distinguen por el alto grado de sadismo y tortura aplicado al cuerpo de las mujeres vivas junto con el placer sexual que obtienen quienes las penetran por sus orificios; les arrancan el pecho, les abren las entrañas, las desmembran o cortan en pedazos, les destrozan el cráneo o las queman, les sacan las vísceras, les introducen palos o sustancias tóxicas en la vagina, les quiebran la columna vertebral, les pasan el automóvil encima, y a las niñas las usan sexualmente durante varios días y luego las asfixian.
Seguidamente le transcribo dos de los artículos que han aparecido en Internet sobre estos tremendos crímenes impunes.


para saber mas de las muertas de juarez





Diversidad de género



Los estudios de género

Es la denominación de una rama de las ciencias sociales centrada en el concepto de género. El uso de género como un término que designa el conjunto de culturales (Cultural Estudios) que iniciaron en universidades de Inglaterra y Estados Unidos a partir de los años 1960 y los años 1970. Sin embargo, sus antecedentes son mucho más antiguos.
Los estudios de género no sólo estudian la desigualdad hacia las mujeres, sino que han abierto nuevos campos de investigación como estudios sobre la identidad feminidad o masculinidad y diversidad sexual (estudios sobre lesbianas, bisexuales, transexuales, etc.).

Reivindicamos el Concepto de Género

Por género se entiende una construcción simbólica que alude al conjunto de atributos socioculturales asignados a las personas a partir del sexo y que convierten la diferencia sexual en desigualdad social. La diferencia de género no es un rasgo biológico, sino una construcción mental y sociocultural que se ha elaborado históricamente. Por lo tanto, género no es equivalente a sexo: el primero se refiere a una categoría sociológica y el segundo a una categoría biológica.
Los estudios de género están desmontando la visión androcéntrica –por parcial, incompleta e injusta—que ha dominado todas las disciplinas humanas, incluyendo a la lingüística. Si el lenguaje es una de las máximas expresiones del pensamiento humano, los conceptos que utilizamos sirven para describir, encuadrar y comprender la realidad, y también afectan a cómo percibimos esa realidad. Así, el lenguaje, con demasiada frecuencia oculta o invisibilidad, cuando no ridiculiza o menosprecia a la mitad de la población, sin que hasta el momento la RAE haya mostrado la misma diligencia por cambiar esta situación que ahora muestra por evitar el uso común del término género en esta nueva acepción.

¿Cómo hacer que la igualdad de género y la diversidad funcionen y sean provechosas?

En los últimos veinte años, los roles que venían desempeñando tradicionalmente el hombre y la mujer han experimentado cambios fenomenales, lo que a su vez ha tenido repercusiones en el entorno laboral y el funcionamiento de las empresas. Las mujeres están detrás de la mayor parte del crecimiento económico de la región y, sin embargo, aún hay mucho por hacer para recoger el fruto de esa transformación.
En este seminario se analizará cómo una mayor igualdad de género en el trabajo está redundando en provecho de América Latina y de las empresas de la región y cómo podría la región seguir beneficiándose mediante la aplicación de políticas y programas cuyo uso se está generalizando en otras partes del mundo.
Para incentivar el debate, el BID elaborará y presentará un informe de antecedentes sobre el tema. Además, un grupo de destacadas personalidades contribuirá a la discusión centrándose en los siguientes aspectos:


• ¿Qué se están perdiendo América Latina y el Caribe por no tener una mayor igualdad entre hombres y mujeres en el entorno laboral?
• ¿Qué medidas de política son necesarias para asegurar que los países se beneficien de esa transformación?
• ¿Qué cambios es preciso llevar a cabo en las empresas para que la igualdad de género y la diversidad funcionen y sean provechosas para las empresas de América Latina y el Caribe y sus empleados?